PP – Capítulo 6

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 Capítulo 6

El comienzo de un problema (I)


Una sombra tenue se cernía sobre los pies de la chica. Hades examinó cuidadosamente su cuerpo de arriba a abajo y sonrió mientras se levantaba del suelo. Sus pies, su cuerpo; se estaban moviendo como si fueran a salir en cualquier momento.


—¿Vas a huir hoy también?


La muchacha se llevó las manos a las mejillas sonrosadas y asintió.


Caminando lentamente hacia ella, Hades clavó sus ojos en los de ella y se bajó la capucha que cubría su cabeza. Su cabello castaño claro densamente trenzado, pequeños lóbulos de las orejas y pupilas grises que eran claramente visibles en las sombras, todos aparecieron tímidamente bajo la capucha.


—¿...Te perdiste y deambulaste?

—No, no es eso; yo…


Bajó la mano de su capucha y miró los labios azules de la chica. Quizás se dio cuenta de quién era él, mientras se mordía el labio inferior y sonreía.


—Parece que tienes frío.

—Solo un poco.

—Sé que no perteneces aquí, entonces, ¿cuál es tu razón para molestar al guardián del Aqueronte y deambular por el borde de mi territorio?


Hades dejó de hablar allí y cerró la boca, presionando los labios en una línea delgada.


La situación no le era familiar y la cálida sensación que le recorrió las entrañas lo asustó. Cuando miró hacia abajo con un parpadeo de sus ojos grises avergonzado, vio a la chica con los brazos cruzados alrededor de ella con todas sus fuerzas.


¿Estaba abrazando algo? No importa cómo la mirara, no era nada más que su cintura.


—Quería verte de nuevo.


Por una fracción de segundo, Hades se olvidó de cómo pensar. Su corazón latía tan rápido que no sabía qué hacer.





Hoy fue la quinta visita de Perséfone.


Excepto por el desconcertante primer día, constantemente trató de cruzar el río Aqueronte. Pero al igual que hoy, siempre resultó en rechazo. Maldijo mentalmente a Caronte, el barquero, y hoy vagó por la orilla del río en busca de otro camino.


Lo extraño era que a pesar de que había seguido claramente la orilla del río, después de caminar durante algún tiempo, había terminado de nuevo en la entrada del bosque.


Estaba descansando un rato porque sentía que todo giraba; sintiéndose tonta por la situación que no estaba saliendo como ella quería.


—¿Has olvidado quién soy? —susurró en la noche.


Así como la muchacha luchaba con una sola determinación de no ser olvidada por este hombre, su madre se había encerrado en la decisión de no liberarla al mundo desde el momento en que nació. Porque ella es indispensable debido solo a esa 'necesidad'.


Su deseo es atraparlo.

El maestro del Quinario, el señor del Inframundo, el fin al que sucumbe todo en la Tierra.


NT Quinario: El quinario es una moneda romana de plata creada en el año 211 a. C., a la vez que el denario y el sestercio. Su valor es de medio denario, es decir, 5 ases y su marca de valor es V o Q. Su acuñación fue muy esporádica durante la República romana (años 101 a. C., 99-97 a. C., 43-42 a. C., 39 a. C. y 29 a. C.) y el imperio. La victoria es su tipo más habitual y por ello, algunos autores clásicos lo llamaron victoriati. (Fuente: Wikipedia-san) La referencia a la moneda es porque Caronte pide una para pasar el río hacia el Inframundo. Entonces Hades es suuuuumamente rico. Sino pagas, no pasas.


—¿Qué tengo que hacer?


Si volviera a pasar el día sin sentido, ¿cuándo vendría aquí de nuevo y lo encontraría así? Todo estaba distante y desesperado. Pero justo en ese momento, sin previo aviso, apareció y la asustó hasta la muerte.


—¿Qué estás haciendo sentada ahí sola en esta gloriosa oscuridad?

—¿Hades…?

—¿Vas a huir hoy también?


Su voz pesada hizo que su corazón se acelerara mientras ella se sonrojaba y asentía con la cabeza, sin comprender lo que le preguntaba, porque estaba extasiada de que él no la olvidara ni ese día. Preguntó de nuevo con una sonrisa tranquila, tan amigable como siempre.


—¿...Te perdiste y deambulaste?

—No, no es eso; yo…

—Parece que tienes frío.

—Solo un poco.

—Sé que no perteneces aquí, entonces, ¿cuál es tu razón para molestar al guardián de Aqueronte y deambular por el borde de mi territorio?


Perséfone corrió de inmediato, sus delgados brazos se envolvieron con fuerza alrededor de su torso mientras confesó—: ¡Te estaba buscando!

—… De verdad, estoy tan feliz de que hayas vuelto a buscarme así.


NT: Ir corriendo hacia el husbundo y abrazarlo por el torso, me apunto este plan de Perséfone sobre cómo conseguir al esposo




Durante bastante tiempo no dejó que Hades se fuera, y él se limitó a mirar a la chica aferrada, sus brazos atrapados en su agarre. Aunque su altura apenas le llegaba a los hombros, era mucho más fuerte de lo que esperaba y, sobre todo, más persistente de lo que había pensado que sería. Una fuerte risa salió de su garganta.


—¿Que es esto?

—Es una expresión de mi alegría al volver a verte.

—¿Así que nos hemos familiarizado lo suficiente como para expresar nuestra alegría de esta manera?


Lentamente levantó la cabeza y lo miró con una sonrisa nerviosa. Sus ojos penetrantes parecían muy abiertos e inocentes, y Hades sabía que nunca podría odiarla. Pero sería extraño y vergonzoso expresar cómo se sentía.


El Inframundo se trataba de muertos e impotentes. De vez en cuando, ella encontraba su camino a través del Inframundo, y él sabía que tenía que tener un deseo. Y cuando ella apareció frente a él, se puso muy ansioso. Su frente cayó hacia abajo mientras inhalaba profundamente, porque nunca había visto a una chica tan libre.


NT: Me hizo gracia está última reflexión de Hades. ¿¿¿Libre??? Jaja. Lleva toda su vida confinada y cuando te enamores de ella la vas a secuestrar. Sorry pero de 'libre' tiene lo que yo de Alfa.


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